Hay gente amargada para todo.
Si algo no le gusta a uno no hay ninguna necesidad de tirar a matar. Si se hace es porque uno es un amargado. Ni caso. Con todos los que disfrutamos con nuestra serrana emperaora, hombre, que se pierdan los amargaos, que ellos se lo pierden.
Y somos muchos los que hemos llevado a Laura a ese momento emocionante de la madrugada del domingo.
Eso es lo que tiene que pensar Laurita. Que confiamos en ella, en su sinceridad en su integridad para con su vocación de intérprete de la copla, del sentir de tanta gente, que siente con ella.
¡Arriba, nuestra niña!